Hablar de la Capilla Santa Cecilia es hablar de la historia de Mar del Plata. Es historia reciente país que comienza con el muelle – antecedente del puerto pesquero que sería el más importante del- el saladero y los ranchos agrupados a su alrededor.

Ese caserío surgido de la actividad industrial se llamó Puerto de la Laguna de Los Padres y su evolución hasta convertirse en una populosa ciudad de hoy tuvo como testigo a la Capilla Santa Cecilia.
Un año antes del nacimiento de la ciudad de Mar del Plata, en 1873, Don Patricio Peralta Ramos manada a construir el templo, que es puesto bajo la advocación de Santa Cecilia.
Elige a la santa en memoria de su esposa Cecilia Robles, que falleciera a dar a luz a su decimocuarto hijo, en el año 1861. La construcción es encargada a Don Francisco Beltrami , es estilo neoclásico con líneas simples.
De la decoración se ocupa el propio Patricio que con sus manos construye el altar para lo cual utilizará cajones de whisky, parte de su cama matrimonial y maderas de un barco abandonado en playa vecinas.
La imagen en el Altar mayor de Santa Cecilia fue realizada por Patricio, su cabeza y manos fueron traídas de Europa y Don Patricio armó la figura formándole el cuerpo con lienzos, arpillera y yeso, con aplicación posterior de dorado a la hoja. La misma fue sustituida por un cuadro de Santa Cecilia.
En aquellos tiempos, sus paredes blancas de piedra revocada y pintada a la cal brillaban al sol desde la cima de la Sierra de la Chacra Loma de Santa Cecilia.
La capilla era punto de referencia para los navegantes que llegaban de Buenos Aires en busca de los cueros que procesaba el establecimiento saladeril.
Desde 1971 la capilla de Santa Cecilia forma parte del patrimonio de nuestro país siendo declarada Monumento Histórico Nacional.